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5 tendencias 2026 de comunicación corporativa en América Latina

¿Está la comunicación corporativa latinoamericana preparada para el próximo gran salto o simplemente reaccionará a él?

En un continente marcado por la volatilidad política, la hiperconectividad móvil y una audiencia que exige inmediatez y autenticidad, los próximos seis meses no serán de transición, sino de transformación. Las reglas del juego no se escribirán en un manual interno: se definirán en la fricción diaria entre empresas, tecnología y opinión pública. Cinco tendencias ya están marcando el pulso, y quienes no las abracen con estrategia quedarán atrapados en la irrelevancia.

1. WhatsApp primero: del email al canal de confianza

En América Latina, WhatsApp no es una app: es la infraestructura emocional de la comunicación. Según datos de Greenbook y Business Insider, en mercados como Brasil y México supera al correo electrónico en interacción tanto con clientes como con empleados. La novedad es que Meta está sumando funciones corporativas —anuncios, actualizaciones en Status e incluso agentes de IA piloto en México— que lo convierten en una plataforma end-to-end.

En 2024, bancos brasileños como Itaú ya comenzaron a enviar avisos de seguridad y actualizaciones de productos vía canales oficiales de WhatsApp, logrando tasas de apertura que triplican las del email. El riesgo de no estar es claro: quedar fuera de la conversación en el medio más confiable de la región.

2. Prepararse para la era deepfake y la crisis cibernética

En la última década, el ransomware era un problema de TI; en 2026, será un desafío de reputación en tiempo real. El informe 2025 de CrowdStrike para LATAM advierte un aumento sostenido de ataques, mientras medios como Cinco Días documentan casos de deepfakes de CEOs usados para estafas. En 2023, una minera chilena vio caer su acción un 12% en dos días tras la circulación de un video falso del presidente anunciando la suspensión de operaciones.

La lección es simple: cada empresa necesita protocolos de verificación pública, plantillas de negación rápida y marcas de autenticidad en contenidos oficiales.

3. Transparencia bajo presión regulatoria: el caso México

La disolución del INAI y la reforma a la ley de datos en México han cambiado el tablero para empresas y medios. White & Case advierte que los nuevos marcos alteran procesos de respuesta a solicitudes de información y obligaciones de privacidad, generando incertidumbre sobre la rendición de cuentas.

En 2019, algo similar ocurrió en Brasil con la implementación de la LGPD: muchas empresas tardaron más de un año en alinear procesos internos, perdiendo competitividad y credibilidad. 

La diferencia hoy es la velocidad: la opinión pública reacciona en horas, y el vacío de información lo llenan otros.

4. ESG bajo escrutinio: del eslogan a la prueba verificable

El péndulo global pasó del entusiasmo ESG al escepticismo. En LATAM, el fenómeno del greenwashing (silenciar acciones para evitar críticas) es ya un riesgo reputacional. El estudio 2025 de GlobeScan muestra que la audiencia premia datos y evidencias por encima de slogans.

Un ejemplo positivo es Natura, la multinacional brasileña de cosméticos, que publica reportes con certificación de terceros y testimonios comunitarios, minimizando el riesgo de acusaciones de greenwashing. Comunicar con pruebas no dispara picos de viralidad, pero reduce el riesgo de crisis.

5. CEO como creador y embajador de marca empleadora

La competencia por talento en la región está elevando el valor de la comunicación directa y humanizada. LinkedIn y TikTok se han convertido en vitrinas para ejecutivos que hablan en español o portugués sobre cultura corporativa, propósito y liderazgo.

En 2024, el CEO de Kavak, Carlos García, ganó más de 500.000 visualizaciones en TikTok con un video informal explicando decisiones de negocio; la repercusión se tradujo en un aumento medible de postulaciones. La autenticidad, incluso con imperfecciones, supera al guion excesivamente pulido.

Conclusión

La comunicación corporativa en América Latina en 2026 no se medirá solo por engagement o cobertura mediática, sino por su capacidad de actuar con velocidad, transparencia y credibilidad en un entorno donde la tecnología y la política alteran el terreno en tiempo real. Ignorar estas tendencias no es neutral: es ceder la narrativa a otros.

En un año donde la confianza será tan valiosa como el capital, las empresas que integren estos cambios en su ADN comunicacional no solo sobrevivirán, sino que marcarán el rumbo. La pregunta es: ¿será usted quien lo escriba o quien lo lea en titulares ajenos?